Un año más llega el Miércoles de Ceniza, sumergidos dentro del ritmo frenético de la vida. Una oportunidad para pararnos y hacer silencio en nuestro interior después del ruido carnavalesco y de tantas preocupaciones y agobios del día a día.
Tenemos la oportunidad de quedarnos en el silencio, en lo escondido, en lo que pasa desapercibido. ¡Ojalá pasáramos más desapercibidos en nuestros juicios, comentarios, críticas! Hace falta un cambio grande en nuestros corazones y en nuestra sociedad. No podemos transmitir tantas “músicas” que lo que pretenden es que no nos paremos, que no hagamos silencio, que no escuchemos lo que Dios tiene que decirnos.
¿Por qué la vida nos tiene que frenar en seco para que recapacitemos, valoremos lo importante, tomemos conciencia de lo esencial? Somos hombres, tropezamos con frecuencia en la misma piedra, somos de carne… y es verdad, ¡cuántas veces la carne puede más que el espíritu!
Es Miércoles de Ceniza, tiempo de escuchar la voz de Dios, de mirar a nuestro corazón y dejar que sea el Señor el que lo convierta, lo transforme. Es tiempo de arriesgar. ¡Atrévete a entrar en la Cuaresma y dejar que Dios te cambie el corazón, te haga volver tu mira a Él, sólo a Él!
Limosna, Ayuno y Oración, son tres de las armas que tenemos para prepararnos para la Pascua. Y es que Jesús nos está esperando a los pies del Calvario, para que subamos junto a Él y muramos a nuestro yo, a nosotros mismos y así dejemos de pensar en primera persona, para que sean la segundas y terceras personas quienes ocupen nuestra mente, esfuerzos y dedicaciones. No nos quedemos de brazos cruzados, mirando a otro lado o esperando que pase el tiempo para no comprometernos.
Ha llegado la hora de dar el paso al frente y de lanzarse para romper con las cadenas que me atan; así el Espíritu me guiará y me llevará donde sea necesario, donde Él considere. Sin preguntas, fiándome plenamente y haciendo que mi vida de fe sea una realidad, no una eterna promesa. Que hablen los hechos igual que habló Cristo con su Cuerpo. Llevar la Cruz es un estilo de vida, no una moda.
Feliz Cuaresma. ¡Conviértete y cree en el Evangelio!