Estoy convencido que muchos de nosotros hemos tenido experiencias muy hermosas del encuentro con Dios y con la Virgen María. “A Jesús por María”, reza el altar mayor de la Basílica del Rosario en Lourdes, y estas mismas palabras son las que nos decimos para que nos ayuden a cada uno a llegar también a Jesús para que siga siendo el centro de nuestra vida y nos mantengamos alejados de toda tentación y pecado.
Con este motivo, el Papa Francisco ha pedido a su Red Mundial de Oración que ayude a todos los fieles a rezar más intensamente este mes de octubre:
«Durante estos últimos años y meses, en la Iglesia hemos vivido situaciones difíciles, entre ellas abusos sea sexual, de poder y de conciencia por parte de clérigos, personas consagradas y laicos. Sumando divisiones internas. Ciertamente son favorecidas por el mal espíritu: “mortal enemigo de la naturaleza humana” [Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, nº136].
En la tradición cristiana el mal tiene diversas figuras, como la de “Satanás”, que en hebreo significa “adversario”, o “Diábolos” en griego, es decir, el que divide o siembra discordia. En la tradición bíblica también se habla del “seductor del mundo”, el “padre de la mentira”, o “Lucifer”, el que se presenta como ángel de luz, bajo capa de bien, induciendo a engaño.
Como vemos el mal se manifiesta de diversas maneras y la misión de evangelización de la Iglesia se hace más difícil, incluso se va desacreditando. Parte es por motivo de nuestra responsabilidad al dejarnos llevar por las pasiones que no nos abren a la verdadera vida, entre ellas: la riqueza, la vanidad y el orgullo. Son los escalones por los cuales quiere arrastrarnos el mal, el cual es un seductor. Trayendo pensamientos e intenciones buenas, poco a poco va llevando a la persona a sus perversas intenciones (discordia, mentira, etc.).
El Papa Francisco nos recordó́ en su Carta al Pueblo de Dios, del 20 de agosto del 2018, que: “«Si un miembro sufre, todos sufren con él»… Cuando experimentamos la desolación que nos producen estas llagas eclesiales, con María nos hará́ bien «instar más en la oración» (S. Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, 319), buscando crecer más en amor y fidelidad a la Iglesia.”.
Durante este mes de octubre el Santo Padre nos pide a todos los fieles un esfuerzo mayor en nuestra oración personal y comunitaria. Nos invita a rezar el Santo Rosario cada día para que la Virgen María ayude a la Iglesia en estos tiempos de crisis, y a rezar al Arcángel San Miguel para que la defienda de los ataques del diablo. Según la tradición espiritual Miguel es el jefe de los ejércitos celestes y protector de la Iglesia (Apocalipsis 12, 7-9).
El Papa Francisco Padre nos invita al final del Rosario a concluir con la más antigua invocación a la Santa Madre de Dios “Sub Tuum Praesidium” y con la oración tradicional a San Miguel escrita por León XIII: