Ante los fracasos que nos podemos encontrar en nuestra vida, hemos de buscar oportunidades para superar las crisis en las que nos sumergimos. Podemos llegar a sentirnos paralizados y atemorizados por ellas, sin saber qué camino tomar o cómo afrontar nuestra propia vida. Si algo necesitamos en nuestra vida es una buena actitud que nos ilumine para caminar decididos, con determinación, y así superar las crisis y los problemas. ¡Qué importante es buscar soluciones a las dificultades o problemas! ¡Qué importante es decidir bien entre afrontarlos con actitudes positivas o negativas! No podemos rendirnos al menor contratiempo. La vida es una lucha constante. Se nos ha regalado y hemos de aceptarla. No podemos vivir enfrentados con el mundo ni con nosotros mismos. Somos miembros de una familia muy concreta en la que hemos nacido y vivimos en una etapa muy concreta de la historia.
No elegimos las circunstancias ni la época que nos toca vivir, pero sí que podemos elegir qué actitudes vamos a tener en nuestra vida y con qué ánimo lo queremos afrontar. Si la vida pone en nuestro camino lo que tenemos que vivir, nosotros podemos elegir claramente cómo lo vamos a vivir y qué sentido le queremos dar. Vivir cada día con espíritu positivo o negativo va a depender de ti. Tú decides si quieres o no confiar en el Señor en todo momento y poder leer e interpretar lo que Dios te dice a través de lo que acontece. Interpretar los signos es necesario, y mirar al cielo también.
Esta noche, es noche de Reyes, noche de magia. Noche donde miramos al cielo para ver una estrella muy especial. «Unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”» (Mt 2, 1-2). Como los magos de Oriente estás también llamado e invitado a mirar al cielo, a tu propia vida de una manera distinta a como lo estás haciendo hasta ahora. Los magos de Oriente vieron algo especial que se les estaba revelando; eran expertos observadores de todo lo que la vida y el cielo les ponía ante sus ojos, y fueron capaces de comprender que no podían quedarse quietos, instalados en su realidad cotidiana. Se pusieron en camino y siguieron la estrella que les llevó a postrarse ante el Niño Dios.
“Seguir la estrella” es una clara invitación a confiar en Dios y a vivir la fe en primera persona, como los magos de Oriente. Perfectamente podían haber enviado a algún servidor a que investigara por ellos, pero no, quisieron hacerlo ellos porque la Revelación y el Encuentro con Dios es algo muy personal. La fe la tenemos que vivir en primera persona para luego poder compartirla y testimoniarla con los demás. Romper con las comodidades y seguridades no es nada fácil, porque los apegos hacen que seamos como Herodes y toda su corte, sabiendo de la noticia prefirieron que fueran los magos quienes volviesen a contarles lo que habían encontrado.
“Seguir la estrella” es llegar al pesebre y contemplar el gran Amor que Dios nos tiene. Se hace hombre, rebajando su condición, para salvarnos y mostrarnos el camino de la plenitud. ¿A quién le gusta rebajarse y humillarse? ¿Quién está dispuesto a verse en la vida degradado? Bien sabes de tus propios sentimientos y del trabajo que en ocasiones nos cuesta morir al propio orgullo y soberbia. Por eso Dios quiere tocar tu corazón, para hacerte un hombre nuevo y que tu vida la llenes de Su amor y Su misericordia y así la puedas compartir de los demás. Merece la pena “seguir la Estrella” porque todo lo que Dios te da es bueno para tu alma y tu vida.
Feliz noche de Reyes. Sé feliz adorando al Niño.