SESIÓN 2 – TIEMPO ORDINARIO
- OBJETIVOS
- Aprender a hacer la señal de la cruz, la genuflexión y estar en silencio en la Iglesia.
- Aprender la historia de Adán y Eva, nuestros primeros padres y cómo se separaron de Dios.
- DESARROLLO
PRIMER MOMENTO
RUTINA
- Antes de entrar en la Iglesia:
- El grupo se pone en fila y en silencio.
- En la Iglesia:
- Cada niño al entrar hace la señal de la cruz.
- Nos acercamos al altar por el pasillo central.
- Hacemos la genuflexión mirando al sagrario.
- Nos vamos al banco en silencio y nos sentamos.
- Rezamos el Padre Nuestro con el grupo.
- El catequista recuerda la historia de la Creación del mundo de la Sesión 1 y damos gracias al Señor por la vida y por la Creación que Dios nos ha regalado.
- Nos levantamos y en fila hacemos la genuflexión delante del sagrario.
- Salimos hacia fuera de la iglesia.
- Antes de salir hacemos la señal de la cruz.
SEGUNDO MOMENTO
- Dinámica: Me imagino quien eres.
Todos en círculo, el catequista venda los ojos a un niño y le da vueltas alrededor del círculo hasta pararle delante de un compañero y éste tiene que adivinar quién es a través del tacto del cuerpo y si es necesario a través de pistas (la voz del niño, cómo va vestido, lo que le gusta, etc…).
TERCER MOMENTO
ADÁN Y EVA
Vamos a contar a los niños la historia de Adán y Eva y cómo fue el primer pecado. Es muy importante que el catequista no la lea literalmente, sino que la vaya dramatizando según la va contando y haciendo gestos para que los niños los repitan y así puedan seguir mejor la historia.
RELATO
Dios creó al hombre y de su costilla creó a la mujer. Les dio su bendición y les pidió que poblaran la tierra y la gobiernen, dominando a todos los animales sobre la tierra, pues le dio capacidad para pensar.
Al hombre lo llamó Adán y a la mujer Eva, a quienes les entregó el paraíso, un jardín hermoso y sagrado para que vivieran felices por siempre.
De esta forma, puso al hombre en el paraíso para que lo cuidara y cultivara con amor, sin embargo le dijo: “Puedes comer de todos los árboles menos del árbol del mal porque el día que comas de él morirás”.
Sin embargo, la serpiente que vivía en el árbol del mal le preguntó a Eva:
- ¿Por qué no comes de este árbol?
- Porque Dios nos lo pidió.
La serpiente mala y astuta le dijo:
- Si tú comes de este árbol serás como un Dios.
Eva fue tentada y le dio de comer el fruto del árbol prohibido a Adán, y desde ese momento conocieron el mal, la vergüenza y la soledad, siendo desterrados del paraíso en donde Dios puso a un ángel para que cuidara que no ingresaran nunca más.
CUARTO MOMENTO
- Recordamos con los niños la oración del “Padre Nuestro”.