SESIÓN 04 (1 ciclo)

SESIÓN 4 – TIEMPO ORDINARIO

  • OBJETIVOS
    • Aprender a hacer la señal de la cruz, la genuflexión y estar en silencio en la Iglesia.
    • Aprender la historia de Abraham e Isaac, nuestros padres en la fe que obedecieron en todo momento a Dios.

  • DESARROLLO

PRIMER MOMENTO

RUTINA

  • Antes de entrar en la Iglesia:
    • El grupo se pone en fila y en silencio.
  • En la Iglesia:
    • Cada niño al entrar hace la señal de la cruz.
    • Nos acercamos al altar por el pasillo central.
    • Hacemos la genuflexión mirando al sagrario.
    • Nos vamos al banco en silencio y nos sentamos.
    • El catequista recuerda la historia del Arca de Noé y da gracias al Señor por todos y cada uno de los niños llamándolos por su nombre.
    • Rezamos el Padre Nuestro con el grupo.
    • Nos levantamos y en fila hacemos la genuflexión delante del sagrario.
    • Salimos hacia fuera de la iglesia.
    • Antes de salir hacemos la señal de la cruz.

SEGUNDO MOMENTO

  • Dinámica: La pelota imaginaria.

Los niños se sitúan en corro cogidos por las manos. Nos soltamos. El catequista pasa la pelota imaginaria a uno de los niños, quien tendrá que hacer algo con ella (botar con la mano derecha, izquierda, lanzarla al aire y recogerla, mantenerla en equilibrio en la cabeza, recorrer con ella el cuerpo, darnos un masaje,…). Todos los niños imitan esta acción. El niño pasa esta pelota al siguiente compañero y continuamos el juego hasta pasar todos.

  • Comentario con los niños: Vemos si todos hemos sido respetuosos con los compañeros y hemos seguido el juego y aceptado las normas del juego.

TERCER MOMENTO

ABRAHAM E ISAAC

Vamos a contar a los niños la historia de Abraham e Isaac y cómo Abraham estaba dispuesto a sacrificar a su hijo porque Dios se lo pidió. Es muy importante que el catequista no la lea literalmente, sino que la vaya dramatizando según la va contando y haciendo gestos para que los niños los repitan y así puedan seguir mejor la historia.

RELATO

En una ciudad llamada Ur, vivía Abraham, un hombre muy bueno. Dios le escogió para formar un pueblo que fuese suyo, el Pueblo de Dios. Un día dijo Dios a Abraham: «¡Abraham!, deja tu tierra y camina hacia otra que yo te enseñaré».

Abraham, obedeciendo a Dios, llamó a su esposa y, con todo lo que tenía, se dirigieron a Canaán, la tierra que Dios les había señalad. Allí, Dios le dijo: «Abraham, en esta tierra te voy a bendecir, tendrás un hijo. Tu familia crecerá y vivirá aquí». Dios cumplió su promesa. Sara y Abraham tuvieron un hijo llamado Isaac.

Abraham y su familia eran muy felices. Un día Dios, para saber si Abraham le quería más que a todas las cosas, le dijo: «coge a tu hijo Isaac, sube a ese monte y dámelo haciendo un sacrificio».

Abraham, aunque le costó mucho, subió al monte con Isaac.

Abraham, muy triste, porque iba a perder a su hijo, obedeció a Dios, pero cuando se lo iba a entregar, apareció un ángel que le dijo:«¡Abraham!, no le hagas nada al niño, pues Dios ya sabe cuánto le quieres y que lo harías todo por obedecerle». El ángel entonces le dio un cordero para el sacrificio.

Abraham e Isaac se fueron muy contentos a su casa.

COMENTARIO

Comentamos con los niños lo que les ha parecido la historia de Abraham e Isaac, y cómo Abraham está dispuesto a sacrificar lo que más quiere en este mundo, su hijo Isaac, sólo porque Dios se lo pide y no quiere defraudarle. Al final Dios lo perdonó.

Así ha hecho Dios ha hecho con Jesús. Nos lo ha entregado para que nos salve y siguiendo su ejemplo seamos felices.

CUARTO MOMENTO

  • Rezamos juntos dando gracias a Jesús por el amor de nuestros padres y que cada niño dé gracias a Dios nombrando a su padre y a su madre:
    • Fórmula de oración: “Padre Dios, te doy gracias por mi padre N. y mi madre N. que me quieren mucho”.
  • Juntos rezamos el Padre Nuestro.

 

DESCÁRGATELO EN PDF

Leave a Comment