Muchas son las veces en las que cerramos los ojos cuando nos vienen de frente realidades incómodas, injustas y desagradables. Preferimos que pasen lo antes posible por nuestro lado, haciendo la vista gorda para que así no nos moleste, ni nos comprometa demasiado. Y es que tener que decir que no, en vez de quedar bien con todo el mundo; tomar partido por las injusticias, pararnos y “complicarnos” la vida por los demás cuesta demasiado. Cierto es que preferimos los problemas cuanto más lejos de nosotros mejor, no los vamos a ir a buscar, pero si somos cristianos y nos llamamos hijos de Dios, no podemos dejar que pasen de largo, hemos de ser honestos y denunciar lo que creemos injusto. Seguramente todos conocemos a personas que se comprometen con la verdad y que no se venden por nada del mundo.