«Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Díos, soy santo» (Lv 19, 2) y «sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5, 48). Estas dos frases, que distan mucho en el tiempo entre sí, son dichas por Dios Padre y Dios Hijo en la Biblia y son una invitación clara a buscar la santidad y la perfección en tu día a día, sin desfallecer ni en los esfuerzos ni en los intentos. Este camino de perfección y de santidad comienza por ser justos en todo con los demás y tener rectitud de conciencia a la hora de actuar, buscando siempre el bien del otro, incluso por encima del tuyo. Son muchas las invitaciones cotidianas para que pienses en ti mismo y no te compliques la vida por nadie. El ejemplo lo tenemos muy cerquita nuestra porque vivimos en un mundo globalizado, cosmopolita, con acceso fácil a toda la información del mundo en nuestra mano y cada vez las personas estamos más aisladas en nuestros entornos y en nuestras vidas particulares. La tecnología nos permite comunicarnos en tiempo real con cualquier parte del mundo y a la vez cada vez lo hacemos menos con los que más cerca estamos.
amor
Estar en el candelero, ¿yo?
En estos primeros días de Cuaresma queremos concienciarnos de lo importante que es celebrar la Pascua y lo que esto conlleva, porque es una preparación especial la que hemos de realizar, ya que estamos llamados a descubrir en nuestra vida creyente cuáles son las exigencias que tiene, porque no queremos quedarnos en el recuerdo de que Jesucristo resucitó, sino que queremos celebrar y hacer vida la Resurrección con todo lo que implica, porque Jesús «ha venido a llamar a los pecadores a que se conviertan» (Lc 5, 32) y no ha venido a condenarnos ni a pasarnos factura por nuestras faltas y pecados. Más bien todo lo contrario, quiere mostrarnos la misericordia infinita de Dios, que siempre nos quiere acoger para abrazarnos porque somos sus hijos.
Propósito de ayunar en Cuaresma
¿Te cuesta ayunar? Hay ayunos y ayunos. Cuando estamos bien dispuestos y queremos conseguir algo, si implica tener que ayunar no nos cuesta trabajo porque lo hacemos con intención y sabemos que es para un bien que nos hemos propuesto. Además, lo hacemos con gusto y nos alegramos cuando vamos viendo el resultado, mucho más si es inmediato. Cuesta lo que no nos gusta o motiva. No podemos engañarnos en este sentido, por eso es importante concienciarse y actuar con determinación.
Conviértete y cree en el Evangelio
“Conviértete y cree en el Evangelio” o “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Son las palabras que hoy, Miércoles de Ceniza, resonarán en cada uno de los que nos acerquemos a recibir la ceniza. Comienza la Cuaresma y queremos convertir nuestras vidas al Señor, purificarnos y ser mejores cada día. Necesitamos recordar: recordar cada día las oportunidades que el Señor nos brinda para ser felices y que no aprovechamos; recordar que el Señor me ha regalado unos dones para que los comparta y haga felices a los demás; recordar que tengo un Dios que se preocupa por mi y que me quiere cuidar entregándome a Cristo en la Eucaristía como alimento de vida; recordar que tengo que cuidar mi oración para alimentar mi fe y ser un auténtico creyente, discípulo de Jesús; recordar que tengo que convertir mi vida en un canto de alabanza por tantas cosas buenas que el Señor me permite vivir; recordar mi fragilidad y que solo no puedo, que vengo de la tierra y a ella volveré, aunque a veces me crea imprescindible y autosuficiente; recordar que Dios siempre me pone signos de su amor a mi alrededor para que siga avanzando en mi camino cristiano haciendo realidad el Evangelio.
La aventura de confiar
En muchas ocasiones he manifestado que Dios nos ha dado a cada uno una serie de dones con los que sabe que vamos a alcanzar la felicidad plena. Lo que nos ocurre es que las comparaciones que nos hacemos con los demás nos impiden verlos claramente y nos infravaloramos tanto que en ocasiones terminamos anhelando lo que no tenemos y no sacando todo lo bueno y bello que hay en nuestro interior. Si te quieres de verdad no dejes de mirar a tu interior y compartir con generosidad todo lo que tienes, porque así empezarás a irradiar todo lo que tienes guardado y vivirás en plenitud, porque serás feliz y saborearás cada uno de los momentos que vives.
La bondad del corazón
Ponerse en el lugar del otro y entender cómo se siente para poder ayudarlo o ser un apoyo en los momentos de dificultad es un don de Dios. Ante la situación que se está viviendo en Ucrania he tenido una conversación con una persona donde me contaba su disposición para acoger a refugiados en caso de que fuera necesario. Me ha alegrado escuchar lo que me estaba diciendo y me ha encantado más aún ver cómo desde la vivencia de la fe nace el deseo y el compromiso de querer ayudar a los demás ante situaciones dramáticas como las que estamos viviendo en estos días, porque el dolor y el sufrimiento del hombre no puede hacer indiferente al creyente; más bien te hace tomar partido desde tu propia realidad comprometiendo tu vida y siendo consciente de los cambios que este compromiso te puede acarrear en tus hábitos de vida.
Oración a Jesús
Déjame mirarte a los ojos Jesús para conocerte mejor y poder adentrarme un poco más en la profundidad insondable de tu alma y de tu corazón. Donde yo no soy nada y Tú lo eres todo. No sé, Jesús, cómo te has podido fijar en mí y qué has visto para elegirme y confiar en mi persona. Sabes de mis debilidades y miserias, y que no soy digno…, pero gracias por pararte a hablar conmigo y pedirme que te siga.
A veces pienso que no estoy a la altura, pero Tú me miras y me siento seguro.
Haz vida tus raíces y tus valores
Qué importante es tener presente durante nuestra vida nuestras raíces y todos los valores, costumbres y tradiciones que nos han inculcado desde que nacimos. Ser agradecido a lo que nuestros mayores nos han inculcado y a los que a lo largo de la historia se han preocupado por cuidar y mantener vivas nuestras celebraciones más profundas y transmitirlas con la mayor fidelidad posible. Cada uno somos fruto de nuestra propia educación y la tenemos que hacer valer en cada momento, pues de nosotros depende el mejorar lo que hemos heredado.
“La tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos” – Proverbio indio.
Ir a la montaña
Mantenerse firme en la fe, estar de pie en medio de las dificultades, no caerse por mucho que arrecie la tormenta y el viento, ser constante en los propósitos y por mucho que cambien las situaciones permanecer en el mismo lugar. Así es como Jesús nos invita a que nuestra vida sea siempre un reflejo de la fuerza que Él nos da, aunque somos conscientes de que en medio de la tempestad pasamos dificultad, inquietud, temor, inseguridad… y tantas sensaciones que vivimos que nos han de ayudar a tomar conciencia de lo importante que es confiar en Dios para permanecer en Él.
Dios siempre tiene palabras adecuadas
Dios siempre tiene palabras adecuadas para ti, en cada momento. Esas palabras que en ocasiones cuesta trabajo oír porque no las percibimos con suficiente claridad. Hay veces que queremos que todo nos lo den masticado y hecho para no tener que molestarnos ni complicarnos demasiado. Dejarnos llevar por esa comodidad nos empobrece personalmente, especialmente en el ámbito de la fe, pues Dios pone en nuestras manos los instrumentos necesarios para que utilizándolos adecuadamente seamos capaces de dar mucho fruto. Cuando las preocupaciones se hacen más fuertes y llegan a agobiarnos más de lo esperado, porque la vida no marcha como nos gustaría; cuando la impotencia nubla la visión y todo parece que está perdido y que no sirve para nada; cuando las lágrimas nos asaltan y nos llenan de pena y desesperación… es cuando más necesitamos ese brazo por encima de quien más queremos y amamos, del Señor, que nos dice: “Tranquilo, no temas que estoy contigo”.