Consuela nuestro mundo Madre Dolorosa

Viernes de Dolores, anticipo del Viernes Santo. Horas críticas donde la Madre contempla la injusticia que están cometiendo con su Hijo. A los ojos de los hombres es algo inexplicable; a los ojos de Dios es el ir avanzando hacia el culmen de la misión. 

ahí está la Madre Dolorosa, con esa espada que le atraviesa el corazón y que derrumba a todo ser humano. Como siempre ocurre ante cualquier sufrimiento, el ser humano es capaz de sacar fuerzas de donde no las hay. Y María, no iba a ser menos. Saca fuerzas para estar al lado de su Hijo, contemplando con impotencia el escarnio que están realizando sobre Él. A los ojos de Dios: la obediencia llevada hasta el extremo; a los ojos de los discípulos: el fracaso de un proyecto; a los ojos de la Madre Dolorosa: los planes de Dios son inescrutables.

Read moreConsuela nuestro mundo Madre Dolorosa

Ama a la Iglesia sin juzgar ni criticar

Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras; sabemos de nuestras limitaciones, debilidades y pecados que nos hacen caer en la tentación o dejarnos llevar por multitudes de situaciones que no nos complican la vida y nos hacen vivir más placenteramente; también sabemos de nuestras luces y virtudes que nos permiten sacar lo mejor de nosotros mismos y dar nuestra mejor versión cuando nos lo proponemos, sobretodo cuando lo hacemos desde el amor verdadero. Así somos y así es como nos presentamos ante los demás. La vida no está exenta de dificultades en la convivencia, en el caminar diario con quien tenemos a nuestro lado. Cuanta mayor facilidad tengamos para aceptar a los otros, mucho mejor caminaremos y avanzaremos construyendo comunidad y buscando el bien del hermano, a pesar de que se equivoque o no actúe como nosotros esperamos. Gracias al perdón, a la misericordia y a la comprensión somos capaces de realizarlo.

Read moreAma a la Iglesia sin juzgar ni criticar

Tus frutos de fe

No podemos conformarnos con ser buenas personas. Hemos de aspirar a más, no basta con hacer lo justo y lo mínimo; o como en alguna que otra época de estudiante, no es suficiente con aprobar, se ha de sacar siempre la mayor nota posible. Los creyentes hemos de aspirar a ser buenos y mejores cristianos cada día, no podemos acomodarnos a un estilo de vida laxo, que no nos comprometa ni transforme en nuestra vida interior. Vivir nuestra fe ha de ser un reto ilusionante cada día, que nos permita descubrir y saborear a Dios en todo lo que hacemos; es vivir con tanta intensidad cada acontecimiento que te permite entregarte y sacarle el mayor fruto a todo lo que realices; es dejarte sorprender y no consentir en ningún momento que en tu vida entre la rutina, la desgana, el desaliento; es estar abierto a la novedad del Evangelio, de tal manera que siempre te aporte algo nuevo y te hable de una manera distinta, pues la Palabra de Dios debe resonar siempre de una manera distinta en nuestro interior y nos tiene que enseñar algo nuevo cada vez que la escuchamos.

Read moreTus frutos de fe

¡Lánzate!

Al empezar a estudiar teología nos explicaba un profesor en clase que la fe es un salto al vacío que tenemos que dar. A veces ese salto cuesta darlo porque mirar al vacío y solamente ves el abismo, el peligro, la inseguridad de ver que no te puedes apoyar en nada. Tus sentidos te aseguran en todo momento que es peligroso y que tu vida está en riesgo porque no hay nada tangible que puedes percibir y que te de certezas evidentes de que estarás a salvo. La fe se basa en confianza, en fiarse de Dios por encima de todo, sabiendo que en el momento en el que saltas, confiando plenamente en Él, te coge con sus manos y te lleva seguro a buen puerto. Entenderlo así a veces cuesta, porque el paso lo tiene que dar uno, y por muchos ánimos que te den los demás, por mucho que te cuenten razones para creer, para saltar, uno tiene que vencer sus propios miedos e inseguridades para dar ese paso tan pequeño, pero tan importante a la vez.

Read more¡Lánzate!

Convencido de lo que haces

Si hay algo que apenas nos gusta es que no nos den explicaciones de lo que tenemos que hacer. Siempre necesitamos un motivo, una explicación del por qué tenemos que hacer las cosas, para hacerlas con agrado y si se puede disfrutar sacándole el mejor provecho a nuestro esfuerzo y a nuestro tiempo. Queremos y necesitamos saber con antelación lo que tenemos que hacer, para organizarnos y que dentro de nuestros esquemas mentales todo esté previsto y sepamos encontrar la motivación necesaria que nos permita dar lo mejor de nosotros mismos.

No podemos actuar por impulsos sin valorar las consecuencias que nos acarrean nuestros actos. Cierto que a todos nos gusta controlar nuestra vida y desechamos por la vía rápida los momentos de incertidumbre e inseguridad que tanto daño nos hacen privándonos de la paz y serenidad tan necesarios para nuestro equilibrio personal.

Read moreConvencido de lo que haces

¿Por obligación?

Todos tenemos obligaciones que cumplir. Muchas las realizamos porque es nuestro deber y no nos queda más remedio y muchas otras las hacemos por amor, por ilusión. En nosotros está el ver qué sentido le queremos dar y cómo queremos que éstas repercutan en nuestro ánimo y en nuestra vida.

Cuando actuamos por obligación porque no nos queda otra, no saboreamos lo que hacemos y perdemos buenas ocasiones para enriquecernos, crecer y madurar personalmente. La rutina, el hacer las cosas sin sentido, el actuar sin corazón nos introduce en un círculo vicioso del que nos resulta difícil salir. No estamos satisfechos, sabemos que tenemos que cambiar pero no encontramos la forma ni el momento para romper con estas situaciones.

Read more¿Por obligación?

Sin interés

Estamos tan desengañados y desencantados con el mundo que nos rodea que nos cuesta trabajo abrirnos de corazón. Quizás para no sufrir, quizás porque pensamos que no nos podemos fiar de los demás, pues parece que cada uno va a lo suyo. Creo que el individualismo que nos rodea y del cual somos partícipes en muchas ocasiones, va cerrando poco a poco nuestro corazón y sobre todo nos está apagando el deseo de lucha y de cambio tan necesario en nuestros días. Es necesario que salgamos de nuestro “encierro interior” y podamos así romper la desconfianza que merma nuestra capacidad de apertura y de entrega a los demás.

Read moreSin interés