Dios siempre nos sorprende cuando nos llama a cada uno. Hay veces que lo hace Él directamente, otras, en cambio, se hace presente a través de instrumentos. Es hermoso ser instrumento del Señor y reconocer su presencia a tu lado, caminando como uno más, pero siendo consciente de que no es uno más, que es tu Dios que te ama y te bendice. Cada persona tenemos nuestras circunstancias; cuando estamos centradas en las nuestras, suelen pasar desapercibidas la de los demás; en cambio, cuando estamos abiertos a la voluntad del Señor y con disponibilidad en nuestro corazón, somos más sensibles a las necesidades de los otros. En medio de cada situación el Señor nos está diciendo a cada uno algo. Se lo dijo a los discípulos, especialmente durante los cuarenta días en los que, después de resucitado, se les estuvo apareciendo, antes de subir al cielo. Dios llega de improviso, cuando los discípulos no se lo esperaban. Basta con echar un vistazo a los pasajes evangélicos que nos hablan de la Resurrección, para ver cómo en muchos de ellos los apóstoles no lo reconocían en primera instancia.
compromiso cristiano
El camino de la dicha
Es difícil caminar contracorriente. A veces da la sensación que te encuentras solo en medio del desierto, desamparado y luchando con tus solas fuerzas contra los elementos que te rodean. Quienes te rodean pasan delante de ti, te miran y siguen su camino, sumergidos en su vida sin tender una mano ni mirarte a los ojos para percibir en tu mirada la ayuda deseada y que no llega. Hay proyectos, como el Evangelio, que lleva caminando más de dos mil años. Siempre ha llegado a todos los estratos de nuestro mundo, de la sociedad y se ha hecho presente en medio de todos los ambientes. Jesús lo dice en el Evangelio: «Muchos son los llamados y pocos los escogidos» (Mt 22, 14). Siempre han sido unos pocos, una minoría, los que han dado ese paso al frente, para seguir haciendo realidad el proyecto del Reino de Dios, que quiere llegar a todos los rincones del mundo. En muchas ocasiones se han encontrado con la incomprensión de quienes le rodeaban, incluso por la persecución, ya no solo porque se pueden convertir en amenaza al transformar la vida de las personas, sino que también son denuncia ante la falta de compromiso de otros y el inmovilismo en el que nos podemos llegar a situar, fruto del acomodamiento en el que nos encontramos.