La etapa a Portomarin ha sido una etapa tranquila y suave, salvo las bajadas que han añadido una tensión a las piernas, pero nada que un buen descanso no pueda reparar. La climatología ha acompañado desde la salida de Sarria, por la niebla en primer lugar, y, después, por las nubes que han mantenido una temperatura ideal para caminar. Pero me quiero centrar en la niebla y en no poder contemplar la belleza del paisaje más allá de cincuenta metros, porque esto me ha hecho reflexionar sobre varias cosas.
construir
Por el Reino
Jesús siempre pide a los apóstoles que tengan fe en Él; son muchas las ocasiones en las que les dice: «Hombre de poca fe» (Mt 14, 31), ante las dudas que ellos tienen para fiarse plenamente de Jesús y creer en Él. Por eso Jesucristo se presenta como «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6), porque Él es el Camino que nos conduce a Dios Padre, la Verdad que da sentido a nuestra vida, a nuestra existencia y la Vida que nos transmite para que alcancemos la alegría y la plenitud en nuestra vida. Por eso la fe nos lleva a un seguimiento auténtico de Jesucristo que viene a nuestro encuentro para que le sigamos y nos sintamos plenamente realizados como creyentes. El Señor nos ha creado libres y el Evangelio nos enseña a vivir en esta libertad verdadera porque somos hijos de Dios, porque además nos lleva a la renuncia de nuestro propio yo y esto se convierte en un misterio de amor. Cuando eres capaz de abnegarte, de sacrificarte por los demás, de entregar tu vida sin esperar nada a cambio, estás actuando por amor verdadero, dejándote llevar por el Señor a la entrega total del corazón, donde dejas de pensar en ti mismo para pensar en los demás.
Un lenguaje común
¡Qué importante es tener un lenguaje común! Seguro que en más de una ocasión te ha ocurrido de estar en una discusión con alguien, intentando hacerle ver lo que tú piensas, y con el paso de la discusión o al momento después te has dado cuenta de que estabais los dos diciendo lo mismo pero con distintas palabras. Lo mismo nos ocurre también con las acciones que realizamos. Muchas veces usamos caminos distintos, todos válidos, para llegar al mismo fin. No hay camino mejor ni peor, porque cuando uno actúa con recta intención, lo hace con todo lo bueno que posee para intentar conseguir el objetivo, y, por el camino hacer todo el bien que pueda. Hay veces en las que cuando estamos viendo a los demás cómo hacen las cosas o cuando nos las están contando, pensamos que nosotros lo haríamos mejor o que la manera de proceder que tenemos es mucho más eficaz que la suya. No te dejes llevar por este tipo de prejuicios, porque lo único que hacen es empobrecerte, pues cierran tu corazón y tu alma al dejarse enriquecer por lo bueno que los otros también te pueden ofrecer.
Después de años de experiencia y de camino en la Iglesia, he experimentado, en primera persona y en muchos lugares y grupos con los que he estado, lo celosos que somos de nuestras “parcelitas”, de lo nuestro, no siendo, por lo tanto, instrumento de comunión dentro de la Iglesia para los hermanos. La meta que tenemos es común: Jesucristo; y bien es cierto que como dice el apóstol san Pablo: «Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.» (1 Cor 12, 4-5). Cada uno tenemos carismas, ministerios y formas de actuar distintas, pero no nos podemos olvidar de que tenemos un mismo Dios que nos habla en un único lenguaje: El Evangelio. Por eso estamos llamados a tener un lenguaje común que nos permita entendernos y buscar la comunión en nuestra forma de evangelizar y de poner en práctica la Palabra de Dios, para que así nuestras comunidades cristianas sean referentes en medio de nuestra sociedad.
Ser humilde
Fijaos cómo crecen los lirios, no se fatigan ni hilan; pues os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos (Lc 12, 27)
Todos tenemos nuestro punto de orgullo y de soberbia que hace que queramos quedar muchas veces por encima de los demás. Para combatir estas actitudes que no nos hacen ningún bien tenemos la humildad y la sencillez.