Anhelo de conversión. Desearla con todo tu corazón para que la puedas hacer realidad cuanto antes. Es el empujón que hoy, primer domingo de Cuaresma, el Señor te quiere dar para que de verdad veas cómo actúa en tu vida y la transforma por completo. El Señor siempre escucha tu plegaria y no le pasan desapercibidas tus necesidades porque lo sabe todo y es Dios, tu Padre que siempre está velando por ti. Desear la conversión con todas tus ganas es un paso muy importante en la vida de fe, porque es reconocer que necesitas cambiar, avanzar, madurar en tu vida de fe y erradicar para siempre todos tus pecados y miserias. Por eso el Señor siempre perdona, porque quiere darnos nuevas oportunidades cada vez que somos conscientes de nuestras faltas y perdemos la Gracia. Las tentaciones van a estar siempre acechándote y has de estar vigilante. Es una ingenuidad pensar que nunca más vas a ser asaltado por el demonio que te quiere siempre débil y vulnerable, presa de sus garras, para hacer contigo lo que quiera y endurecer tu alma para que Dios nunca esté en ella.
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Cierra tu Mar Rojo
Con qué alegría y gozo recuerda el pueblo de Israel la liberación de la esclavitud de Egipto, después de tanto tiempo de angustia, sufrimiento y explotación. Fueron días gloriosos que han marcado la vida de un pueblo en su fe, al comprobar cómo Yahvé extendió su poder sobre Egipto y derrotó al Faraón, que tanto oprimía y hacía sufrir. Las plagas que Yahvé envió sobre los egipcios fueron toda una demostración de fuerza por parte de Dios, y un desgaste que en su moral fue teniendo Faraón pues veía que no podía hacer nada empleando todos sus esfuerzos por demostrar ser más fuerte que el mismo Dios. Mal le salió la jugada.