Estamos necesitados de personas valientes que sean capaz de dar un paso al frente cuando las circunstancias lo piden, especialmente para cambiar y transformar el mundo en el que vivimos. Dicen que los que nunca hacen nada, nunca se equivocan. Es verdad que cambiar las cosas cuesta trabajo, mucho más cuando tienes que luchar contracorriente, superando multitud de adversidades. Cuando tienes las ideas claras y sabes lo que quieres, es verdad que puedes llegar más lejos. ¡Qué importante es la fidelidad a lo que uno cree cuando el viento arrecia con fuerza! Es ahí donde uno se curte de verdad y refuerzas tus ideales y lo que tú eres, sintiéndote más firme y fuerte en lo que crees y vives.
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El poder de la oración
Verdaderamente la fe mueve montañas. No podemos ignorar la fuerza que tiene la oración y la capacidad de transformar los corazones de las personas, comenzando por el nuestro. La oración tiene poder, si nos lo creemos y si rezamos con fe. Jesús nos ha enseñado a rezar para que nos comuniquemos con Dios y podamos llenar nuestra vida de Él. Bien sabemos de la importancia de la oración para mantener nuestra vida. No te abandones, no pienses que Dios ya sabe lo mucho que crees en Él y que le amas. Necesitas pasar tiempo con el Señor para experimentar de verdad el verdadero significado de la oración y lo que te enriquece y aporta. No se trata solo de hacer las cosas bien, ni de ser buena persona; si aspiras solo a esto vivirás tu fe mediocremente. Necesitas trabajar fuertemente tu vida de oración, por mucho que te cueste. Aunque al principio te suponga un esfuerzo soberano, con el tiempo llegarás a comprender, entender y experimentar que ha merecido la pena, pues cada día verás los frutos y lo que te aporta de bueno en tu vida.
Renovar las ilusiones
Cuando estamos ilusionados por algo con lo que nos sentimos identificados y convencidos de que es nuestra opción de vida, ponemos todas nuestras energías y esperanzas en algo que hacemos. Si algo deseamos es estar siempre ilusionados como el primer día. Hay días que es más fácil y otros que resultan más complicados. Hay veces que el desgaste al que nos vemos sometidos durante nuestro día a día va minando nuestras expectativas, esperanzas y fuerzas. Muchos son los pensamientos y sentimientos que se pasan por nuestra mente y nuestro corazón. Somos lo que somos y eso no lo podemos cambiar nunca. Que las ilusiones en nuestra vida sean más grandes o pequeñas, duren más o menos en el tiempo, es normal. Muchas de ellas son limitadas en el tiempo y otras han de ser las que nos duren durante toda la vida, como por ejemplo vivir cada día entregados al Señor; desear estar siempre con Dios; amar al estilo de Jesús de Nazaret.