Uno de los mayores regalos que Dios ha hecho a los hombres es el de poder ser padres y madres. Las madres tenéis un instinto y una intuición para con vuestros hijos que nadie os puede imitar y superar, porque es el mayor regalo que Dios os ha podido dar. Hoy comparto con vosotros este testimonio de Cristina, que como madre intenta ya desde pequeños transmitir y compartir su fe con sus hijos, como tantas de vosotras, dando respuestas a las preguntas y dudas que les van surgiendo, y enseñándoles a llamar “Papá” a Dios y “Mamá” a la Virgen María. La gran mayoría hemos tenido unos inicios en la fe así, y ya mayores, muchos de vosotros siendo padres y madres, queréis seguir transmitiendo la herencia recibida de vuestros mayores.
Dice así: