Hay veces que la vida no viene como te gustaría, parece que las cosas te salen y por mucho que te esfuerzas, por mucho que piensas en cómo cambiar la inercia de tu vida y de cómo actuar, no encuentras respuestas que te ayuden a que tus esfuerzos den fruto y que te sientas más feliz y realizado con todo lo que haces. Situaciones así te llevan a desesperar, a perder la confianza en ti y a verlo todo un poco más oscuro. No te rindas, no des paso a la desazón en tu interior, porque, aunque pienses que todo está perdido, Dios quiere decirte, que siempre a lo largo de tu vida, ha sido Él quien te ha ido abriendo caminos y dando luz donde tú pensabas que ya no se podía hacer nada más. Igual que el Señor ha estado contigo en tu vida pasada, también lo seguirá haciendo en tu vida futura, porque Dios es fiel y nunca abandona a sus hijos. No dejes de confiar en Él y sigue perseverando en la oración.