El nombre es signo de identidad. Todos tenemos nombre y por norma solemos sentirnos muy orgullosos de cómo nos llamamos. Incluso muchas personas lo cambian y le ponen un diminutivo para ser llamados como más les gusta, porque se identifican mejor con él. Cada nombre tiene su origen y su significado y por norma suele estar relacionado con la impronta y el carácter de cada uno. Cuando escuchamos nuestro nombre, aunque no se dirijan personalmente a nosotros y lo hagan a otra persona que se llama igual, solemos mirar hacia el lugar donde lo hemos escuchado.