Sentimos la necesidad de compartir nuestras experiencias, sentimientos y vivencias con las personas que tenemos a nuestro lado. Para ello necesitamos cultivar la confianza a través del diálogo sincero que nos ayude a profundizar en nuestras relaciones personales, abriendo nuestro corazón sin ningún tipo de reserva y dejando que nuestras vivencias sean las que enriquezcan nuestras relaciones personales con los demás. Todos tenemos personas con las que podemos hablar sinceramente y que nos hacen sentir bien, pues somos escuchados, comprendidos y queridos. Estas personas son imprescindibles en nuestra vida pues nos ayudan a crecer, a vivir la amistad y el amor de una manera mucho más profunda. ¡Qué hermoso es tener personas que saquen lo mejor de ti en cada momento! Así nos sentimos más felices y realizados en nuestro caminar cotidiano.
escuchar
Señor, quiero escucharte para hacer tu voluntad
Tarde o temprano en nuestra vida tenemos que tomar decisiones que nos provocan intranquilidad, inseguridad y miedo de saber si lo que estamos decidiendo es lo más conveniente o no para nuestra vida. Le solemos pedir al Señor que nos hable y nos haga ver claro qué es lo correcto. La incertidumbre nos suele atenazar y nos provoca mucha angustia en el momento de tomar decisiones. Es una sensación que se nos escapa de nuestro control y nos quita la paz; hace que todo se nos tambalee y que no dejemos de dar vueltas en la cabeza a lo que estamos viviendo. Tantas preguntas impiden que cuando nos ponemos en oración veamos con claridad qué es lo que tenemos que hacer y cómo Dios nos está hablando. Por eso en los momentos en los que te encuentres en tu encrucijada personal busca silencio en tu alma y tu corazón, para poder escuchar claramente lo que Dios te está diciendo.
Un proyecto de vida
Cuando el ser humano está organizado en su vida personal siente una gran sensación de seguridad y de control que le permite caminar sobre seguro. Llegar hasta ahí no es fácil, pues hay que iniciar un proceso de construcción que nos lleva a más de un momento de tensión y de dificultad. A veces nos encontrarnos con lo inesperado y no es agradable, pues no supone un cambio de planes y tener que replantearnos las cosas de otra manera. Hay veces que a la hora de improvisar salimos airosos y “salvamos los muebles”; y en cambio en otras ocasiones las cosas no salen como queremos y todo es un caos y un sinsabor.
Todo proyecto personal exige una fidelidad, una constancia y un tiempo de dedicación en el que no podemos permitirnos el fallar. Henos de ser firmes, pues son muchas las situaciones que se nos presentan, algunas muy apetecibles, para abandonar rápidamente el compromiso, dejándonos llevar por lo inmediato y placentero. Además, no es un camino fácil porque exige. Y las exigencias nos llevan a tener que afrontar esas situaciones que no deseamos ni queremos y que se nos pueden hacer demasiado cuesta arriba, pues lo imprevisto en ocasiones es indeseable, y bien sabemos que vivir y afrontar lo que uno no quiere a veces es demasiado difícil. Por eso es importante perseverar, para que en los proyectos que llevamos a cabo podamos tener esa rapidez a la hora de cambiar lo que funciona y renovar constantemente las ilusiones y compromisos, evitando así caer en la rutina.
Tiempo de escucha
Muchas son las prisas y las carreras que nos damos cada día para poder llegar a todo lo que tenemos que hacer. Sentimos que la vida, las responsabilidades, los trabajos nos aprietan demasiado y no nos queda tiempo ni para respirar, ni para hablar de todas las cosas que tenemos que realizar. Hay veces que las personas nos volvemos demasiado egoístas y solamente pensamos en lo nuestro y en quedar bien con los demás para luego hacer lo que nos parece según nuestros intereses. No podemos actuar así porque nos hacemos un flaco favor.
Cambio de planes
A ninguno nos gusta que nos rompan los esquemas y que nos cambien los planes. Muchos han sido los enfados que a lo largo de la vida nos llevamos, cuando a última hora lo que teníamos programado lo tenemos que cambiar por un inconveniente de última hora o porque nos hemos visto forzados por cualquier situación ajena a nuestra voluntad. A todos nos gusta tener nuestra vida bien segura y amarrada para que todo nos salga como pensamos. Muchos son los esfuerzos que invertimos para conseguir lo que nos proponemos y así construir nuestra zona de confort, que hace que nuestro mundo personal sea estable, no se tambalee y nos sintamos cómodos y felices con lo que vamos consiguiendo.