Tener un corazón de carne y no de piedra, sensible, comprensivo, generoso, comprometido, servicial, dispuesto a dar la vida. Tener una fe inquebrantable, que, aunque pase lo que pase siempre está firme y anclada en el Señor. Los retos desde luego son difíciles y para eso están, para superarlos y conseguirlos; para dar pasos en la buena dirección; para no dejarte vencer por la pereza, la apatía y la dejadez y superarte cada vez más. Es necesario estar decidido a esforzarse porque las cosas no vienen por si solas, hay que trabajárselas día a día para obtener la recompensa. En la vida espiritual tenemos muchas herramientas para ayudarnos de ellas y llegar a conseguir nuestros propósitos. ¿Cuáles son tus muletas, en las que te apoyas día a día?
generosidad
La bondad del corazón
Ponerse en el lugar del otro y entender cómo se siente para poder ayudarlo o ser un apoyo en los momentos de dificultad es un don de Dios. Ante la situación que se está viviendo en Ucrania he tenido una conversación con una persona donde me contaba su disposición para acoger a refugiados en caso de que fuera necesario. Me ha alegrado escuchar lo que me estaba diciendo y me ha encantado más aún ver cómo desde la vivencia de la fe nace el deseo y el compromiso de querer ayudar a los demás ante situaciones dramáticas como las que estamos viviendo en estos días, porque el dolor y el sufrimiento del hombre no puede hacer indiferente al creyente; más bien te hace tomar partido desde tu propia realidad comprometiendo tu vida y siendo consciente de los cambios que este compromiso te puede acarrear en tus hábitos de vida.
Jueves Santo – Día del Amor Fraterno
Hoy es el día de los enamorados, no el 14 de febrero. Hoy es el día del Amor Verdadero porque es el día donde Jesús nos enseña la entrega total, sin “peros”, sin esperar nada; porque es el mismo Jesucristo el que se entrega por nosotros, no porque es el último para servir, amar, ser humilde, sencillo de corazón, entregado… sino porque se nos presenta en su Cuerpo y Sangre para que entendamos el verdadero sentido de la palabra “sacrificio”.
Generosidad de corazón y de fe
La generosidad es una virtud que nos enriquece, no sólo porque cuando hacemos las cosas de corazón sin esperan nada a cambio, recibimos mucho más de lo que damos, sino porque somos capaces de renunciar a nosotros mismos dando lo mejor de nosotros mismos por amor. Como siempre necesitamos imágenes, utilizamos el amor de los padres hacia los hijos, una generosidad ilimitada, que nace del corazón. Así es el amor que Dios nos regala cada día, generoso y lleno de vida, para que también la entreguemos siguiendo su ejemplo. Quien es generoso de corazón, tiende siempre a ponerse en el lugar del otro para poder comprenderlo, aceptarlo y amarlo tal y como es. También tiene la virtud de defenderlo cuando los demás lo juzgan a la espalda. Al conocer a personas así, te sientes atraídos por ellas porque su bondad te engancha y te admira. Todo lo que te transmite es bueno. Además, quien es generoso de corazón es también generoso a la hora de perdonar, no por sus méritos, sino por la acción de Dios en su vida.
Ser justo con el trabajo y el esfuerzo de los demás
Hay personas que son muy profundas en sus pensamientos, sentimientos y valores. Saber transmitir esa sensibilidad tan entrañable y necesaria es importante. Hemos de saber mostrar nuestras cualidades a los demás para enriquecerlos y para poner al servicio todo lo que somos. Nuestro mundo necesita personas generosas capaces de ser testigos del evangelio en nuestro tiempo, entregándose y absteniéndose de su propio beneficio personal, a favor de los demás. Solo así es como lograremos transformar nuestra sociedad y empezar a cambiar las corrientes y las inercias que tanto nos arrastran al individualismo y la autosuficiencia. Son muchas las inercias de vida que dan importancia a las formalidades, protocolos, imagen personal que se ofrece, y nos olvidamos de la persona, del corazón que se pone en lo que se realiza. Estamos llamados a compartir lo que somos y tenemos, sin ninguna doblez, sin máscaras que traten de fingir lo que no se es.
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Gente buena
¡Cuánta buena gente la que nos rodea! Lo sabemos y lo comprobamos cada día. No hace falta irse muy lejos para encontrarla. Basta con echar una mirada a nuestro alrededor y descubrir que son muchas las personas que a nuestro lado tienen un corazón generoso, dispuesto a todo, solidario para ayudar en lo que sea necesario. Todas las personas somos capaces de sacar lo mejor que tenemos dentro. ¿Quién saca lo mejor de ti? Seguro que constantemente lo experimentas, te sorprende y te agrada tener a tu lado buenas personas, que con su bondad te alegran el corazón. En este mundo lleno de máscaras, las personas buenas no las necesitan, les sale de manera natural, no tienen que fingir nada porque por todos los poros de su ser desbordan de buenas acciones, sentimientos y detalles que calan y muy hondo.