¿Te cuesta ayunar? Hay ayunos y ayunos. Cuando estamos bien dispuestos y queremos conseguir algo, si implica tener que ayunar no nos cuesta trabajo porque lo hacemos con intención y sabemos que es para un bien que nos hemos propuesto. Además, lo hacemos con gusto y nos alegramos cuando vamos viendo el resultado, mucho más si es inmediato. Cuesta lo que no nos gusta o motiva. No podemos engañarnos en este sentido, por eso es importante concienciarse y actuar con determinación.
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El fuego de la lengua
A todos nos gusta hablar y opinar sobre muchos temas. Hay veces que cuando opinamos parece como si fuésemos expertos en los temas, pues parece que entendemos de todo y llegamos a expresar que nosotros lo podemos hacer incluso mejor también. Y aunque no lo digamos a nadie, al menos lo pensamos. Lo cual demuestra un poco de envidia y orgullo por nuestra parte pues parece como si nos creyéramos superiores.