No te equivoques, Dios no está llamando a los que tienes a tu lado, te está llamando a ti y te lo está diciendo una y otro vez: “Me he fijado en ti”. Para Dios tú eres el elegido, no mires para otro lado ni tampoco agaches la mirada como si no fuera contigo. Él quiere que seas tú quien haga realidad, en tu vida y en tu entorno, su Palabra. Esa Palabra que da la vida y que te hace sentir lleno de felicidad. Si Dios se ha fijado en ti es porque sabe de tu valía, de los dones y cualidades que tienes y sobre todo de lo que eres capaz de llegar a hacer en su nombre. Dios te conoce muy bien y sabe ciertamente de tus posibilidades, por eso ponte a su disposición para que estés en sintonía con Él y tengas siempre claro qué es lo que tienes que hacer.