Hoy es Jueves Santo, hoy es el día del Amor Fraterno. No es un jueves más del año, es el jueves más especial porque Cristo instituyó la Eucaristía, nos enseñó el verdadero valor del amor, de la entrega y del servicio. Hoy tiene sentido meditar el último mandamiento que Jesús nos dejó: «Amaos unos a otros como yo os he amado» (Jn 13, 34). El amor no es una opción, es el mandato de Jesús. No podemos pensar en si nos apetece o no, porque la condición natural del hombre es a amar y entregarse. Amar la propia vida, amar a los demás y por supuesto, amar a Dios. Son las tres dimensiones del ser humano que nos completan y que no pueden dejar coja nuestra capacidad de amar, si no las vivimos auténticamente. No amar a los demás ni a Dios es desobedecer el mandato del Señor Jesús.