Siempre buscamos el amor, formar parte de un grupo, de una familia, de un entorno en el que nos sentimos protegidos, aceptados, felices, a gusto. De sobra sabemos que el ser humano nada más nacer tiene una dependencia total de sus semejantes, no sería capaz de sobrevivir por sí solo, y con mucho amor y cuidados crece feliz.
Padre Aurelio
No juzgar
Humildemente creo que son muchos los pensamientos, juicios, críticas… que se nos pasan por la cabeza a lo largo del día sobre las conductas y hechos de los demás. Algunos nos los guardamos para nosotros, otros los comentamos con los demás, y en ocasiones con estos comentarios, nos recreamos en la crítica y en juzgar a los demás.
Con la velocidad que fluye la información las noticias vuelan y somos capaces de enterarnos en el momento de lo que está ocurriendo o de lo que se está comentando. Y cuando juzgamos y criticamos a una persona en un círculo de confianza, cuando nos encontramos con ella o está en el mismo lugar que nosotros, ya no la miramos igual, porque todo lo hablado nos condiciona ya.
Es tu oportunidad
Me decía el otro día un alumno en clase que estaba agobiado porque tenía muchos exámenes y que no le apetecía trabajar, dejándome entrever que estaba cansado y con poca motivación. Muchas personan se bloquean ante la presión, el agobio y la auto-exigencia cuando tienen mucho que hacer y sobre todo cuando dejamos todo para el final.
Cuando nos encontramos en situaciones así o parecidas nos proponemos con frecuencia que no nos va a volver a pasar, incluso nos enfadamos con nosotros mismos porque una vez más hemos vuelto a tropezar en la misma piedra. Y nos solemos decir con energía que es la última vez que nos ocurre, que ya está bien.
Es el momento de cambiar y de superarte. No te conformes con lo mínimo. Ten altas aspiraciones pues ya la vida misma se encarga de colocarnos en el lugar que nos merecemos y de bajarnos nuestras expectativas. Ilusiónate por lo que te parece inalcanzable para que tus metas sean altas y así puedas avanzar y crecer.
¡Con alegría!
Siempre me ha llamado la atención cuando me han dicho que se utilizan menos músculos de la cara cuando se sonríe que cuando se está enfadado. Hay muchos tipos de sonrisa: alegría, miedo, vergüenza, enfado, dolor, desprecio, incredulidad, júbilo, entusiasmo… La sonrisa la utilizamos cuando estamos pasando un buen momento y también cuando no es tan bueno. Y es que el ser humano es capaz de sonreír y sin embargo de confundir y disimular el estado de ánimo que se puede tener en el momento.
No te equivoques
Siempre me ha dicho mi padre desde pequeño: “Hijo mío, antes que el número 2 está el número 1”. Siempre he dicho que mi padre cuando habla “sienta cátedra”, y muchas personas que lo han conocido me han dicho después de tratarlo que es verdad, que cuando habla “lo clava”. No es amor ciego de hijo. Creo que esta sabia frase nos ayuda a priorizar en nuestra vida, para saber elegir con sabiduría y sobre todo a poner a tu familia en el lugar que corresponde. Sin evasivas ni escapes.
Juntos de la mano
Hace años me emocionaba en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes al ver a un matrimonio anciano rezar el rosario delante de la gruta de la Virgen. Ella estaba en silla de ruedas, y el sentado en el banco, detrás de ella. Rezaban susurrándose al oído los misterios del Santo Rosario. Ahí, en ese momento, di gracias a María por el testimonio de fe que me estaban dando.
Me alegra mucho ver la calle a matrimonios mayores, y cuando digo mayores, de más de sesenta y cinco años, caminando juntos cogidos de la mano. Todavía los hay, y me parece una escena preciosa, pues es el reflejo de un amor madurado y curtido por la experiencia de la vida; no exento de dificultades y superados por el amor cuidado y cultivado con el paso del tiempo.
Decir “Sí”
Decir “Sí” muchas veces cuesta y nos compromete demasiado, y mucho más cuando no tenemos mucho tiempo para pensar o meditar la decisión. Queremos sentirnos seguros y tener nuestra vida bajo control, sabiendo de las ventajas y de los problemas que nuestras decisiones nos pueden traer. Por eso, en ocasiones, nace el miedo que tenemos a decidir y a lanzarnos en lo importante de nuestra vida.
Cuántas veces nos hemos podido dejar llevar por los impulsos y nos hemos arrepentido cuando hemos constatado que no ha sido la decisión adecuada, y también a la inversa, cuántas veces nos hemos alegrado de que hemos hecho lo correcto y a pesar de jugárnosla y arriesgarnos, nos ha salido bien, hemos acertado y hemos respirado tranquilos.
Si de algo estoy convencido en mi vida es que todo lo que viene de Dios no puede ser malo, más bien lo contrario, siempre será bueno. Y Dios es paciente y actúa. Cuando estamos preparados lo vemos con claridad y cuando no lo estamos espera con paciencia el momento adecuado. Así lo he experimentado a lo largo de mi existencia. Y me encanta descubrir cómo Dios ha actuado en la vida del hombre a lo largo de lo historia y lo sigue haciendo en la actualidad.
Ser humilde
Fijaos cómo crecen los lirios, no se fatigan ni hilan; pues os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos (Lc 12, 27)
Todos tenemos nuestro punto de orgullo y de soberbia que hace que queramos quedar muchas veces por encima de los demás. Para combatir estas actitudes que no nos hacen ningún bien tenemos la humildad y la sencillez.
Abrir las puertas
Por las circunstancias de la vida y de los tiempos que corren hoy nos fiamos de muy poca gente. Son muchas las situaciones en las que desconfiamos, cuando alguien desconocido se acerca a pedirnos algo podemos llegar a desconfiar de él y pensar que nos quiere engañar. Recuerdo hace años que una persona mayor de mi pueblo natal, Noblejas, me decía: “Hoy todas las puertas de las casas están cerradas, echo de menos el verlas abiertas y poder entrar, sentarme con el vecino y tener un rato ameno de conversación. Ya no nos fiamos de nadie”.
Padre Arnaiz
Durante esta semana, del 7 al 10 de mayo han estado compartiendo conmigo, en mis clases de Religión, las Misioneras de las Doctrinas Rurales, en los Colegios Diocesanos de la Fundación Victoria.
El motivo ha sido dar a conocer la vida del Venerable P. Tiburcio Arnaiz, sj. que va a ser beatificado el próximo 20 de octubre en Málaga. Nos han acercado a su persona y nos han invitado a participar como voluntarios en la beatificación.
Si queréis saber más sobre el Venerable Arnaiz, pinchar en esta web: www.padrearnaiz.es.
Muchas gracias a Leticia, Inmaculada, María Teresa y María Dolores por la ilusión y alegría que nos habéis transmitido durante estos días a mis alumnos y a mí personalmente. Que el Señor os bendiga.