Muchos son los momentos en los que nos quejamos y lamentamos por los esfuerzos que tenemos que realizar o porque las responsabilidades que tenemos nos cuestan demasiado llevarlas a la práctica. En ocasiones, tenemos que realizar sobreesfuerzos y hacen que tengamos que empeñarnos más de lo que quisiéramos y deseáramos. Solemos elegir el camino más fácil y que menos nos complica la vida; si es posible también nos solemos escaquear de las responsabilidades dando un paso al lado para que otros sean los que se responsabilicen y así nosotros estar tranquilos. Luego somos exigentes a la hora de que nos traten bien, nos presten atención y cuando necesitamos atención y dedicación por parte de los demás buscamos siempre la exquisitez, y si no están a la altura de lo que esperamos protestamos para hacer saber nuestro descontento.