Aceptarme para aceptar. Si quieres llegar a tus metas y cumplir tus objetivos en la vida es necesario aceptarte a ti mismo. Hay veces que te avergüenzas de tus fallos o resulta muy difícil olvidarse y superar los errores o malas decisiones que hayas tomado. Para esto es importante mirarte sin juzgar los defectos o virtudes que puedas tener. Conocerse es fundamental; saber quién eres y hasta dónde eres capaz de llegar, viendo tus limitaciones. Así lo hizo Jesús con los apóstoles: cada uno era de una manera distinta y los fue moldeando y enseñando para convertirse en los testigos del Reino. Los defectos no son los que nos definen como personas, tampoco las virtudes, es obvio que nos influyen, pero hay que tener claro que somos un todo, porque así nos ha querido el Señor.
perdonar
El reto del perdón
El reto del perdón, la llamada constante que Jesús hace en el Evangelio, para tratar con misericordia a todos los que nos rodean y confiar en la bondad del corazón de los demás. Hay veces que lo que sale de nuestro corazón no son ni buenos sentimientos ni acciones, porque dejamos que aflore lo peor que hay dentro de nosotros. La maldad del hombre nos lleva a nuestra propia destrucción, lo estamos viviendo cada día con las guerras que hay en el mundo, las que son primera noticia y las que también son silenciadas. La guerra es un drama para toda la humanidad, lo mismo que cada injusticia que un hombre comete con un semejante, por muy pequeña que sea. Estamos viendo multitudes de acciones humanitarias gracias a los medios de comunicación y redes sociales, donde la bondad del corazón se hace más fuerte que el odio y la venganza; y donde los seres humanos somos capaces de mostrar nuestro lado más sensible y humano incluso a los enemigos. Verdaderas acciones y testimonios de vida que hablan por si solos. Perdonar siempre nos lleva a seguir creyendo en el hombre y en la bondad que atesora en su corazón.
Perdonar
El perdón nos libera y nos da mucha paz interior, nos descarga del malestar que tenemos dentro y aumenta nuestra capacidad de amar. Siempre es más fácil decir la teoría que ponerla en práctica, y con el perdón suele pasar. Perdonar implica llegar a despegarse de las vivencias pasadas que nos han hecho sentir mal y causado daño. Cuando perdonamos nos liberamos a nosotros mismos, echamos fuera de nuestra vida el dolor y el resentimiento que podamos tener y que a veces supone una sobrecarga en nuestras espaldas. Es muy importante para llegar a perdonar de verdad aceptar lo que hemos vivido y que nos ha causado sufrimiento, dolor y decepción, porque el cruce de acusaciones, tanto las que nos hacen como las que realizamos resuenan en nuestra mente constantemente. Por esto es necesario hacer una reflexión seria y consciente sobre lo que tenemos que perdonar a los demás y también a nosotros mismos.
Saber pedir perdón
Todos necesitamos el perdón en nuestra vida; perdonar y ser perdonados. Nos hace mucho bien porque nos libera y nos permite hacer más grande nuestro corazón. Hay veces que nos cuesta demasiado trabajo pedir perdón a las personas que hemos ofendido. El orgullo nos hace un flaco favor, porque nos endurece y crea distancias aparentemente insalvables con los demás. No te dejes llevar por él, pues a la larga te hace bastante daño y no te deja vivir desde el espíritu de la humildad y sencillez que te pide Jesús en el Evangelio. Si de verdad quieres llegar a amar de verdad, sé capaz de perdonar.
Olvidar el pasado
Hay veces en las que nos cuesta trabajo hablar de nuestro pasado, recuerdos, …., porque preferimos no tocarlos, para no removerlos, para que no nos hagan sufrir ni amargar más, porque fueron experiencias difíciles de afrontar. Quizás haya cosas que nos han ocurrido que nos gustaría olvidar para siempre de nuestro recuerdo. Son muchas las ocasiones en las que el pasado nos golpea con fuerza y deseamos con toda nuestra alma que se borre de nuestro pensamiento para siempre.
Perdona para ser feliz
“La ira es el veneno del alma. Si quieres se feliz un día véngate, si quieres ser feliz para siempre, perdona” (Irene Villa). Una frase que tiene mucha fuerza y sentido viniendo de una persona víctima del terrorismo, que ha sabido llenarse de perdón para poder afrontar su día a día. Ella es una luz que brilla de manera muy especial en medio de nuestro mundo. Es una de las heroínas de nuestro mundo porque es capaz de hablar desde el perdón, habiéndose visto injustamente mutilada por terroristas que le cambiaron la vida de forma radical.