Durante la Última Cena, Jesús repite bastantes veces una frase: «Permaneced en mí» (Jn 15, 4), invitando a los discípulos a que no se separen y siempre estén unidos con Él. Nuestra fe y el sentido de nuestra vida tiene su centro en la unión que tengamos con el Señor, en cómo permanecemos en Jesús. Por eso utiliza una imagen muy gráfica para que tengamos clara cuál es la actitud que hemos de tener durante toda nuestra vida: «Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mi no podéis hacer nada» (Jn 15, 5). La imagen de la vid es muy significativa porque si estamos unidos a Dios damos fruto y si no nos secamos, nuestra vida es estéril y desaparecemos. Por eso dice el Señor Jesús en el Evangelio que cuando un sarmiento está seco, se corta, se echa al fuego y desaparece. La única utilidad del sarmiento es para hacer fuego, y sólo una vez, una vez quemado deja de existir. ¿Es esto lo que quieres de tu vida espiritual y cristiana?