Anhelo de conversión. Desearla con todo tu corazón para que la puedas hacer realidad cuanto antes. Es el empujón que hoy, primer domingo de Cuaresma, el Señor te quiere dar para que de verdad veas cómo actúa en tu vida y la transforma por completo. El Señor siempre escucha tu plegaria y no le pasan desapercibidas tus necesidades porque lo sabe todo y es Dios, tu Padre que siempre está velando por ti. Desear la conversión con todas tus ganas es un paso muy importante en la vida de fe, porque es reconocer que necesitas cambiar, avanzar, madurar en tu vida de fe y erradicar para siempre todos tus pecados y miserias. Por eso el Señor siempre perdona, porque quiere darnos nuevas oportunidades cada vez que somos conscientes de nuestras faltas y perdemos la Gracia. Las tentaciones van a estar siempre acechándote y has de estar vigilante. Es una ingenuidad pensar que nunca más vas a ser asaltado por el demonio que te quiere siempre débil y vulnerable, presa de sus garras, para hacer contigo lo que quiera y endurecer tu alma para que Dios nunca esté en ella.
presencia
Déjate amar por Dios intensamente
Hay veces que la vida no viene como te gustaría, parece que las cosas te salen y por mucho que te esfuerzas, por mucho que piensas en cómo cambiar la inercia de tu vida y de cómo actuar, no encuentras respuestas que te ayuden a que tus esfuerzos den fruto y que te sientas más feliz y realizado con todo lo que haces. Situaciones así te llevan a desesperar, a perder la confianza en ti y a verlo todo un poco más oscuro. No te rindas, no des paso a la desazón en tu interior, porque, aunque pienses que todo está perdido, Dios quiere decirte, que siempre a lo largo de tu vida, ha sido Él quien te ha ido abriendo caminos y dando luz donde tú pensabas que ya no se podía hacer nada más. Igual que el Señor ha estado contigo en tu vida pasada, también lo seguirá haciendo en tu vida futura, porque Dios es fiel y nunca abandona a sus hijos. No dejes de confiar en Él y sigue perseverando en la oración.
Cambio de planes
A ninguno nos gusta que nos rompan los esquemas y que nos cambien los planes. Muchos han sido los enfados que a lo largo de la vida nos llevamos, cuando a última hora lo que teníamos programado lo tenemos que cambiar por un inconveniente de última hora o porque nos hemos visto forzados por cualquier situación ajena a nuestra voluntad. A todos nos gusta tener nuestra vida bien segura y amarrada para que todo nos salga como pensamos. Muchos son los esfuerzos que invertimos para conseguir lo que nos proponemos y así construir nuestra zona de confort, que hace que nuestro mundo personal sea estable, no se tambalee y nos sintamos cómodos y felices con lo que vamos consiguiendo.