Uno de los defectos que tenemos los seres humanos es que dejamos pasar la vida y el tiempo muy fácilmente. Incluso nos permitimos el lujo de estar aburridos y no saber qué hacer, dejando que se consuman las horas hasta que llegue el momento de realizar el siguiente acontecimiento que teníamos programado. Además, muchas veces convertimos nuestra vida en una monotonía que no nos permite ser conscientes de lo que verdaderamente es fundamental en nuestra vida, pues hacemos las cosas mecánicamente sin llegar a saber realmente qué somos y cuál es el sentido de la vida. Hay veces que vivimos a tal velocidad que juzgamos a los demás por la primera impresión que nos dan, o la imagen que vemos de ellos, y no nos damos cuenta de que pueden estar pasándolo mal por algún motivo o que necesitan de nosotros para salir adelante.