A todos nos gusta que estén pendientes de nosotros, que nos ayuden, que atiendan nuestras necesidades. Todos necesitamos de los demás, no podemos hacer nuestra vida al margen de los otros, porque si no nos sumergiríamos en una vida solitaria, aislada de cualquier tipo de sentimiento. Somos vulnerables cuando estamos solos, de hecho, cuando las personas estamos más unidas a los demás somos más difíciles de vencer. La unidad hace la fuerza y así queremos estar nosotros.
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Sin interés
Estamos tan desengañados y desencantados con el mundo que nos rodea que nos cuesta trabajo abrirnos de corazón. Quizás para no sufrir, quizás porque pensamos que no nos podemos fiar de los demás, pues parece que cada uno va a lo suyo. Creo que el individualismo que nos rodea y del cual somos partícipes en muchas ocasiones, va cerrando poco a poco nuestro corazón y sobre todo nos está apagando el deseo de lucha y de cambio tan necesario en nuestros días. Es necesario que salgamos de nuestro “encierro interior” y podamos así romper la desconfianza que merma nuestra capacidad de apertura y de entrega a los demás.
Siempre con ilusión
La palabra ilusión tiene dos significados casi antagónicos según la RAE:
- Primero de “concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”.
- Segundo de “esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.”.
Hay muchas veces donde escuchamos a la gente que nos rodea que “ha perdido la ilusión”, e incluso a nosotros mismos nos puede ocurrir el vernos sin ella. Y lo vemos todo negativo o hasta sin salida. Este no es el camino. La ilusión es el envoltorio de la felicidad, que está dentro y que nos lanza a la plenitud.
No caigamos en el tópico que dice que “de ilusión también se vive”, porque seríamos ilusos, dejando que nuestra felicidad no dependa de nuestra vida real sino de lo que esperamos o anhelamos.
Nuestra vida está llena de oportunidades, muchas veces disfrazada de obstáculos, y gracias a la capacidad que tenemos de soñar y de luchar por nuestros sueños, superamos las dificultades y llegamos a alcanzar nuestros propósitos.