Qué fácil es relajarse y dejarse llevar por la euforia de conseguir y superar retos. El Camino rápidamente te devuelve a la realidad y a su dureza. Como ocurre en la vida. El mundo en el que vivimos también nos devuelve rápidamente a la realidad, especialmente cuando nos dejamos llevar por la satisfacción y la alegría de pensar que las cosas marchan viento en popa. Es necesario estar alerta, porque la marcha es exigente y tienes que seguir dando lo mejor de ti. No te descuides ni te abandones, porque si no lo andado hasta este momento no sirve de mucho. Es cierto que te ayuda a coger más experiencia, pero también es quedarte a medias en el objetivo. No seas duro contigo mismo, ten compasión de ti y trátate con misericordia también. Se fiel a la teoría, igual que debes ser fiel a la Palabra de Dios, que va marcando y dando sentido a tu vida, a tu día a día. Que sea tu fuente de inspiración, la fuerza que te impulse a seguir caminando y a seguir siendo especial y único.