Aceptarme para aceptar. Si quieres llegar a tus metas y cumplir tus objetivos en la vida es necesario aceptarte a ti mismo. Hay veces que te avergüenzas de tus fallos o resulta muy difícil olvidarse y superar los errores o malas decisiones que hayas tomado. Para esto es importante mirarte sin juzgar los defectos o virtudes que puedas tener. Conocerse es fundamental; saber quién eres y hasta dónde eres capaz de llegar, viendo tus limitaciones. Así lo hizo Jesús con los apóstoles: cada uno era de una manera distinta y los fue moldeando y enseñando para convertirse en los testigos del Reino. Los defectos no son los que nos definen como personas, tampoco las virtudes, es obvio que nos influyen, pero hay que tener claro que somos un todo, porque así nos ha querido el Señor.
virtudes
De las limitaciones a la confianza
Son muchas las ocasiones en las que afloran nuestras propias limitaciones y debilidades e incurrimos en errores a lo largo de nuestra vida. Estos provocan que tengamos que enfrentarnos con situaciones dolorosas, caídas que nos frustran y sufrimientos que en ocasiones nos condenan a no intentarlo más, bajar los brazos, perder el espíritu y dejar de luchar. Se debe a que el dolor que nos generan algunas caídas es tan profundo que nuestra mente rechaza súbitamente el reintentar superar la prueba que tanto fracaso nos induce. Quizás en este momento te puedes sentir desanimado, sin fuerzas para seguir, pensando en tirarlo todo por la borda; incluso puede que estas situaciones tan repetitivas te cansen tanto que estés harto de pasar por lo mismo tantas veces que estás decidido a cortar de una vez por todas, porque te encuentras sin fuerzas y piensan, creyéndote en toda la razón, de que no lo vas a volver a intentar y que ya no vas a pasar de nuevo por estas situaciones que te dañan y hacen que caigas y vuelvas otra vez a sufrir.